EL BLOG DE ANCE

IconUna norma, un proceso de certificación, verificación; así como una prueba de laboratorio; puede cambiar la percepción que tenemos de los productos y servicios que adquirimos. El espacio de la Asociación de Normalización y Certificación en la blogósfera.

La historia de un ANTIPirata


Muchas veces cuando compramos un producto, lo que menos nos preguntamos es de dónde viene o si cubre los requisitos esenciales para que pueda venderse; a nosotros lo que nos preocupa es que nos alcANCE para adquirirlo, que nos dure mucho tiempo y que no se descomponga... si se puede, nunca.




Sin embargo, la realidad a veces nos cae de tajo cuando, ¡oh, sorpresa! el dichoso aparato sólo funciona dos veces y cuando regresamos con todo nuestro enojo a reclamar, ¡vaya, por Dios!; no hay garantía y mucho menos el regreso de nuestro dinero.


Esta historia tan cercana a muchos, sólo demuestra el poder de los productos pirata. Y hoy les contaremos acerca de Cachirul, el famoso pirata.


Cachirul, que en realidad se llamaba Josafat Ladrón de Guevara y López, había nacido en la casa de su abuela materna, mujer de grandes ojos y voz fuerte; que siempre atinaba a gritarles unas cuantas a todo aquél que se quería pasar de vivo con los precios en el mercado.


Esa mañana de octubre, Malena, la abuela corrió a buscar al doctor de la esquina porque su primer nieto venía en camino y parecía que traía prisa por llegar, pues el chamaco estaba a punto de darse un topón contra el suelo cuando a su madre se le rompió la fuente. Malena avisó al doctor Lucas y juntos corrieron a medio ayudar a nacer a Josafat porque éste ya estaba llorando a más no poder. Rieron cuando éste chilló y chilló y no había nada que lo hiciera callar, aunque no supieron si reían de nervios o de alegría.


Josafat creció con su abuela porque su papá había brilllado por su ausencia y su madre tenía que salir a trabajar para mantenerlos a él y a Doña Malena, sin embargo, él veía con tristeza que el empleo de su mamá en una tienda de zapatos no daba más que para mal comer y mal vestir.

Por eso, cuando tenía siete años, se prometió tener mucho dinero para que no les faltara nada a su mamá y abuela.


Josafat iba en cuarto de primaria cuando vio un día a un señor bajar de su camioneta muchas cajas de luces navideñas. Él se ofreció a ayudar al señor para bajarlas pues veía que traía mucha prisa y lo estaba haciendo solo. Pronto se dio cuenta que había miles de cajas en el patio de esa casa y que en la camioneta había muchas más. Josafat preguntó que para que quería tantas luces y el señor le respondió que las iba a vender en el tianguis de los domingos. Fue ahí cuando a Josafat se le ocurrió la idea de ayudar en la venta de las luces y así cooperar con el gasto de su casa. Se animó y le preguntó al señor si no requería de un vendedor y después de pensarlo un poco, le dijo que empezaban el próximo fin de semana. Josafat no se daba cuenta la historia que habría de empezar a partir de ahí.


Josafat le contó a sus amigos que empezaría a trabajar en el puesto de las luces y uno de sus compañeros le dijo que lo que vendía ese señor era pura "fayuca", ¿fayuca?-le preguntó Josafat y César, su compañero le respondió que su papá le había comentado que la gente por ahorrarse unos pesos, se olvidaba de cuidar su salud y su seguridad, por eso a veces compraba productos de fayuca, productos que pasaban por debajo del agua y que se tenían que vender rápido antes que la policia se los quitará. De ahí que al señor le dijeran Don Chafa, por vender productos pirata.


¡Josafat, el pirata, Josafat, el pirata!, comenzaron a gritarle sus compañeros y él lo único que hizo fue gritarles que los piratas ganaban mucho dinero y él sería el mejor pirata del mundo. Tomó su mochila y se fue.


En la mañana del 24 de diciembre, Josafat se levantó temprano para ir a trabajar con Don Chafas, compró un tamal y un atole y se dirigió al lugar que les habían asignado para sacar los tubos y las tablas y comenzar a gritar: ¡¡¡lucesssss, lleve sus luces navideñas...bara, bara!!!!


Pero no había puesto ni Don Chafas.


Pronto se enteró que se lo habían llevado por andar vendiendo luces navideñas que fueron el origen de un incendio en una casa de la colonia. Don Chafas dejo sin trabajo a Josafat y éste tuvo que buscar otro trabajo.


Como sabía algo acerca del comercio, buscó trabajo en una ferretería y fue ahí donde supo que hay productos que se venden más baratos que otros, a veces por los materiales con que son elaborados, porque hay empresas que piensan que es mejor vender sin calidad y también porque la gente desconoce enormemente que un producto que no cumple con lo mínimo requerido en calidad y seguridad, es como tener al enemigo en casa y, aparte, silencioso el canijo!


Josafat se acercó a libros, supo de instituciones y organizaciones dedicadas a cuidar de la gente y de su seguridad como la Comisión ESFI, Casa Segura; que había asociaciones como ANCE, dedicadas a probar productos para saber a ciencia cierta sí se podían vender y que no fueran a ocasionar un incendio como el de las luces navideñas de Don Chafas y organismos que vigilan que estas asociaciones cumplan también con su parte teniendo todo en regla, tal como lo hace la ema.


Josafat empezó a ser conocido como Josafat el Antipirata y cuidaba que todos los productos que se vendían en la ferretería cumplieran con las Normas Oficiales... Algo así como documentos que el gobierno publica para que se cumplan con características que eviten accidentes o posibles daños, así como especificaciones exactas para ser vendidos. Y también que los productos tuvieran el sello original de ANCE PRODUCTO CERTIFICADO o que hubieran pasado las pruebas en laboratorios de la Asociación. Y sino hay Normas Oficiales, pues él ya sabe que hay Normas Mexicanas ANCE o dictámenes, pero como él mismo dice: " que cumplan, y cumplan bien para no ver navidades sin luces, sin gente y sin alegría".


Josafat también sabe que hay más aspectos que otros productos deben cumplir, como el contenido de la etiqueta de su cafetera o hasta de sus utencilios de cocina; también que los limones, el nopal y el mango; entre otros productos agroalimentarios que consume, deben cumplir con lo que se conoce como Certificación bajo el sello de México Calidad Suprema. Bueno, hasta sus árboles de navidad que ahora pone, los busca avalados para saber que no traen alguna plaga que perjudique nuestros bosques.


La ferretería en la que trabaja también puede ser certificada para constatar que el trabajo esté bien llevado a cabo para elevar la calidad, la productividad y la eficiencia de todas las organizaciones; y no se diga de los restaurantes a los que a veces va, los busca con el sello Distintivo H, que le asegura que los alimentos y bebidas que ahí se preparan lo hagan con limpieza y buenas prácticas.


Josafat se ha ganado a pulso el sobrenombre de El Antipirata porque le interesa que todos cumplamos y que todo lo que se adquiere para nuestra mente, cuerpo y corazón: así como para nuestro trabajo y vida diarias, sean legales y cuenten con altos niveles de calidad y seguridad.

Ilustración de: http://mariamaza.blogspot.com/

 
 
 
 

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